Regresando al camión todo terreno, con el grupo de Yorugua Viajes luego de disfrutar el arroyo de un lugar maravilloso llamado «El Lunarejo», me encuentro con una víbora al costado de la rueda de nuestro vehículo, creo que a mis gritos desesperados para que no fuera pisada, la bicha se corrió o al prender el motor. Pero he aquí mi sorpresa … muy apuradita se trepó a un árbol donde dos pajaritos chillaban desesperados dado que tendrían sus pichones allí…ay ay gritaba y me quería bajar del camión ya en marcha. Fue imposible, me dijeron que no… ahí fue que comprendí.
Ver que esa es la ley de la naturaleza, no son asesinos. Pero de todas formas me quedé muy triste…ellos solo tratan de alimentarse…y así funciona su mundo…
Rosita de los Vientos