En mi tercer viaje a Mendoza y Santiago de Chile tuve a mi cargo un grupo muy heterogéneo en edades, niños , jóvenes y adultos. En esta ocasión viajaba solo un señor de más de noventa años. Ya alojados en Santiago y realizados los tours nos tocó el día libre.
Normalmente la tripulación descansa ( era el día 8 de la excursión) , así que luego del desayuno cada uno dedicaba el día para realizar diversas actividades, como paseo, compras, piscina, etc. Le pregunto a este señor que iba a hacer , a lo que me respondió que iría al barrio Bella Vista , lejos del hotel. Justo lo que yo pensaba hacer le respondí. ( De ninguna manera podía dejar que fuera solo, era un riesgo que no pensaba tomar).
Baltazar de 93 años me responde : Que bueno , serás mi invitada!!
Salimos en taxi rumbo a San Cristóbal, subimos el cerro en funicular, tomamos fotos increíbles, almorzamos, fuimos al museo de Pablo Neruda, hicimos compras, tomamos helados, conversamos de todo!!
Pase un día extraordinario con un caballero con mayúsculas!! Hizo que me diera cuenta que para vivir la vida y hacer lo que nos gusta no hay edad!



